Dos meses de vida
le quedan a mis heridas
rodeadas de tanto dolor
que casi quedé sin calor...
Dos meses de soledad
sin casi necesidad
de llevarme nada a la boca
ni tirarme desde las rocas...
Dos meses de ausencia
que pasaré pidiendo clemencia
sin tí me siento desterrado
como un perro abandonado...
Dos, sólo dos
que no son ni cuatro ni siete,
que seguiré rogando a Dios
que seas mi vida y mi muerte
pues rondándole a la suerte,
eres veneno que se me mete...
Dos meses de vacío,
que sea la corriente del río
la ue me lleve hasta el mar,
la que me haga volver a amar...
Dos meses esperando,
mientras sigo rogando,
que se acabe este verano,
que me lleves de tu mano...
Dos meses sin María,
que se refugia en la bahía
que le abrasa la calima,
que no es dueña de los climas...
Dos, sólo dos,
que no son cuatro ni siete,
que seguiré rogando a Dios
que seas mi vida y mi muerte,
pues rondándole a la suerte,
eres veneno que se me mete...
Y quizá sea suficiente
para borrarte de mi mente
sé que no es posbile
que mi amor se vulelva invisible...
Pues en sólo dos meses
te recordaré tantas veces
que si mi vida fuese mía,
no sería tuya, María...
Aitor Sorginak (16/07/07)
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