Amanece un nuevo día
y vuelve la incertidumbre
de si traería alegría
o tristeza y pesadumbre...
Mas hoy el sol sonríe
con un brillante calor,
permitidme que me desvíe
de su halo cegador...
Pues hoy las horas vuelan
como pájaros radiantes
la alegría me desvela
como hacía la tristeza antes...
Calor, color,
todo brilla,
se fue el dolor,
¡qué maravilla...!
Mirando en derredor aprecio
que nada es igual, todo ha camibado,
y yo me mantengo recio,
enganchado a mi pecado...
Tus ojos me explican
que este día será eterno
pues ya no te repican
las campanas del infierno...
Campanas que rompimos
a base de besos,
no nos creímos los timos
de los que fuimos presos...
Calor, color,
todo brilla,
se fue el dolor,
¡qué maravilla...!
Aitor Sorginak (15/05/07)
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