lunes, 14 de mayo de 2007

DONDE NADIE NOS VIGILA

Trepé a lo más alto de mis fantasmas
para volver a dejar de ser
dueño de mis palabras y esclavo de tus silencios,
de palabras que hacen que pierda la calma...
Escapé de un soterrado abismo
para ansiar atraparte en un abrazo eterno
pero mis brazos quedaron lacios
llenos de nada, guiándome a los avernos...
Huí de la incesante quema de tu fuego
para caer en el más hondo de los olvidos
aunque más que huir me expulsaste,
de tu, de mi, de nuestro cálido nido...

Y cada noche las horas pasan despacio
y cada dia los minutos me fusilan,
y cada madrugada sueño con ese espacio
ese donde nadie nos vigila...

Mañanas de somnolencia perseguidas
por largas tardes de soledad,
que acaban en noches ansiolíticas
que me devuelven a la realidad...
Fortuna esquiva, suerte errante,
tranquilidad migratoria, nubes de impaciencia,
cada vez que escucho tu voz me cuadro,
mirando ciego a la luna de Valencia...
Furtivo de mis pasiones me desplomé
sobre ese lecho de miseria,
seria miseria que todo lo cubría,
hasta hacerme preso de la histeria...

Y cada noche las horas pasan despacio
y cada dia los minutos me fusilan,
y cada madrugada sueño con ese espacio
ese donde nadie nos vigila...

Volverán los días en que me querías
y las noches en que me arropabas
volverá todo lo que yo poseía
o no volverá, y me quedaré mientras me clavas...

Aitor Sorginak (14/05/07)

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