Y que nuestro último recurso
sea seguir vomitando,
como puñetazos,
silencios que son zarpazos
que vamos desgranando
mientras todo sigue su curso...
Y que todo cuanto nos quede
se pierda en un instante
en la lejanía,
como ensordecedora letanía,
cada vez más distante
en esta soledad que hiede...
Sean mis últimas palabras
el recuerdo de tu risa
que desaparezcan deprisa
mis ideas más macabras
que no estamos como cabras
la cosa es más concisa
es que no quiero que abras
una nueva cornisa,
ni me dediques una misa
que revuelvas mis entrañas...
Y que este adios no sea eterno,
sea más bien un hasta pronto,
o un "nos vemos",
pues la idea de lo que ya no tenemos
me deja con cara de tonto,
me arrastra otra vez a los infiernos...
Y que hoy de nuevo te recuerde
como siempre te he recordado,
con cariño,
como la pura ilusión de un niño
que en lugar de sentirse asustado,
a cuanto le trata de herir, muerde...
Sean mis últimas estrofas
homenaje a lo que fuimos
trayendo desde los mimos
a los odios y derrotas
pues como siempre, en pelotas,
ante la vida nos vimos,
y ahora como idiotas,
entendemos que el destino
es como un pedo de buen vino,
entra suave, y dentro, explota...
Aitor Sorginak (22/06/07)
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